viernes, 7 de junio de 2013

reflexiones para Maria







Humildad


”Yo soy la servidora del Señor, hágase en mi lo que has dicho”. Lc. 1, 38

María supo reconocerse un instrumento del Señor aun cuando iba a ser la madre de Dios. En ese momento a María se le anunciaba nada menos que iba a ser la que trajera al Salvador al mundo sin embargo no se ensalzó ni se engrandeció sino que supo aceptarlo con sencillez y humildad. Ese SI de María fue también un signo de total entrega a la voluntad de Dios, ella no dudo ni cuestionó lo que Dios le pedía sino que lo aceptó aun sin saber lo que esto implicaba.

La humildad no implica simplemente mantener la cabeza gacha y no engrandecerse sino mas bien implica anteponer siempre la voluntad de mi prójimo, y por sobre todo la de Dios, a la mía. María supo comprender que estamos en este mundo para servir y no para ser servidos.


Confianza y paciencia
-“¿Hijo por que te has portado así? tu padre y yo te buscamos muy preocupados -. El les contestó: -¿Y por que me buscaban? ¿No saben que tengo que tengo que estar donde mi padre?-. Pero ellos no comprendieron lo que les acababa de decir” Lc. 2, 48-50

” María, por su parte, observaba cuidadosamente todos estos acontecimientos y los guardaba en su corazón ¨. Lc. 2, 19

Muchas veces María no comprendía lo que Jesús hacia o decía pero confiaba en El y no cuestionaba sus actos. Cuantas veces nosotros nos enojamos con Dios al no encontrar las respuestas que buscamos o al no entender las cosas que nos pasan. No busquemos entender siempre todo, busquemos mas bien enfrentarlo y, sobre todo, aceptarlo. En definitiva, dejemos a Dios ser Dios y nosotros ocupémonos de lo que nos toca: amarlo y seguirlo.


Perseverancia

” Junto a la cruz de Jesús estaba su madre” Jn.19,25

A lo largo de la vida de Jesús hay una persona que siempre está y nunca lo abandona y ella es María, su madre. Ni siquiera en el momento mas difícil y doloroso ella se despega de su lado sino que lo acompaña y lo sigue. Imitémosla y nosotros también sigámoslo aun en los momentos grises y de oscuridad porque es en esos momentos cuando, el bajar los brazos, realmente nos aleja de El.


Entrega

“Hagan todo lo que el les mande”. Jn. 2, 5

Pocas son las veces en que María se dirige a la gente y en ésta nos resume el camino de salvación, para ser felices simplemente hay que hacer todo lo que Dios nos pida.



“Jesús al ver a la madre y junto a ella al discípulo que mas quería, dijo a la madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo-.Después dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu madre-“.
Jn. 19, 26-27

A Jesús no le alcanzó con venir al mundo y dar su vida por nosotros, no le alcanzó con regalarnos todas sus enseñanzas sino que quiso hacernos otro regalo, nos regaló nada menos que a su Madre digna de imitar y venerar. Nos regaló a su Madre que ahora desde el cielo nos protege e intercede por nosotros porque nos ama como hijos.

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